miércoles, 12 de noviembre de 2008

Monkey, Journey to the west


Bueno, hoy (o debería decir ayer) es muy tarde, debido a un trabajo de última hora que me ha mantenido gran parte del día sin poder hacer nada más, pero seguimos al pie del cañón. A ver que me invento para mañana L.
Al tema.
Ya es muy habitual que “artistas” y famosetes se unan a obras caritativas como mera gestión de imagen personal. Ya es habitual que se creen una opinión propia o ajena sobre diferentes temas mundiales. Incluso ya es habitual que tomen claramente posiciones políticas claras de cara a crearse un personaje, vilipendiado (me encanta esta palabra, jeje) por unos o vitoreado por otros. Evidentemente no deja de haber cierto cinismo en mis expresiones, y estoy convencido que muchos de ellos lo hacen de verdad, sin ningún interés escondido.
Pero que artistas tomen la decisión de dejar su cara pública por voluntad propia, y seguir una vía artística y de creación elevadamente arriesgada, e incluso negarse a salir en pantalla, no es habitual. A eso súmale que el talento de este personaje es innegable, que él lo sabe y acepta retos de una envergadura sin ruborizarse debido a ello, aceptando su papel en el mundo, en este caso, musical.
Y es que Damon Albarn antiguo creador del grupo británico Blur, competidor de Oasis en una batalla en la que nunca les interesó entrar, tiene un sentido musical innegable. Y su colega Jaime Hewlett es un ilustrador con un estilo impecable, con un sentido de la limpieza de trazo y al mismo de suciedad inherente con una clase impecable. El resultado de la unión de los dos amigos salió Gorillaz, grupo que marcó un hito musical, artístico y de marketing en la historia de la industria. De hecho sospecho que todo fue parte de una broma de los dos hacia el mundo entero: un grupo musical formado por dibujos animados con un marketing viral en su propio concepto: ¿Quién es esta gente? No se sabe a ciencia cierta desde el principio, incluso haciendo conciertos con un gran número de público o en galas multitudinarias. Pero como he dicho ya en anteriores posts, el tema musical no es especialmente mi especialidad. El caso es que los dibujos y la música definían unas personalidades muy concretas, y supusieron un cambio de concepto radical.
Hace algún tiempo se han puesto al mundo de la ópera, o no sabría muy bien definirlo. Un espectáculo basado en la leyenda del Rey Mono, completamente en chino, el idioma, y con unos diseños creados por Hewlett y música compuesta por Albarn, juntamente con el director chino Chen Shi-Zeng. Desde luego, en lugar de retirarse y vivir de rentas como muchos otros o ocupar las páginas del “papier couché” (para llamarlo finamente), esta gente tiene inquietudes y establecerse como artistas de verdad, de los de museos, basándose en los conocimientos adquiridos y en el trabajo.
Os paso un enlace dónde se explica el proyecto que, como mínimo, es muy curioso.
http://www.hipersonica.com/2008/09/07-damon-albarn-monkey-journey-to-the-west


3 comentarios:

tylerdurden dijo...

huy, vaya le he puesto sin querer la bandera de jápón detras, espero que los no se me ofendan, tendré que cambiar el fondo ;-p

tylerdurden dijo...

los chinos queria decir... estas horas son malas...

Roger dijo...

Estoy contigo en que hay artistas (de Arte con mayúsculas) como los que tu alabas en tu post y faranduleros que les gusta el escándalo, la provocación y el mal gusto.

Por eso siempre es grato apreciar el trabajo innovador y transgresor de personas con unos valores más elevados.

Respecto a tu dibujo creo que no está del todo trabajado ya que no refleja esta entrada, ni transmite la admiración que les profesas.

Creo que lo puedes mejorar!